viernes, 22 de mayo de 2009


BATALLA DE LA ALBUERA

¡Oh Albuera, campo de gloria y de dolor!
Cuando el peregrino espoleó su corcel en tu llanura,
¿Quién podría pensar que, en breve, aquel paisaje,
teatro confuso, sería sangre y tumulto?
¡Paz a los muertos! Ojalá los bélicos laureles
y los desgarros del triunfo prolonguen tu galardón.
Hasta que otros caigan y nuevos adalides se impongan,
tu nombre convocará extensas y admiradas muchedumbres
y lucirá en los versos deleznables de esta balada fugaz.

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